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EXPERIENCIAS PERSONALES

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La boda de mi nieta

El día que se casó mi nieta fui muy feliz

Ayer se casó mi nieta y por eso voy a escribir lo que viví. Fueron unas horas en las que me sentí feliz aunque a la iglesia no fui capaz de ir. Creía que no podría resistir porque no me encuentro muy bien de ánimo y no quería meter la pata así que decidí no ir.

Pero al convite sí que fui y cuando la vi llegar y no es porque sea mi nieta (que así se suele decir) parecía una diosa. Hasta me puse a temblar de la emoción. Es una niña muy buena y tiene un corazón que no le cabe en el pecho; a la vez es muy alegre y también trabajadora. Ahora trabaja en Sevilla y se encuentra muy feliz, no solo por el enlace sino que ella es así. La vi muy enamorada y ella es muy transparente; nunca la he visto mentir. Y tiene un desparpajo que no puede con él. No le da vergüenza nada. En la Iglesia trincó al novio y no le soltaba.

El novio también es muy bueno y la quiere a rabiar. Le deseo mucha salud y mucha felicidad ¡a ver si esta vez Dios me hace ese favor! Yo me lo pasé muy bien: estaban mis cinco nietos, mis sobrinas y sus maridos y también la hermana que me queda. Ahora que me pongo a contar… también estaba mi hijo, que era el padrino de la novia. Me sentí orgullosa, ya que siempre fue un niño muy lindo tanto por dentro como por fuera.

Cuando llegó la noche les dije que ya estaba cansada y me trajeron a la residencia. Ya en mi cuarto, pensaba en el día vivido. Fueron muchas las emociones que sintió mi corazón ese día y como cada noche al acostarme lloré, pero esta vez, de alegría.

A ti te lo cuento, Ana. Tú querías que te escribiera y ahora tengo la ocasión. Disfruté un montón y allí no faltó de nada.

 

Antonia Basallote Puente, 88 años.

Conil. 1 de Octubre del 2016.

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