EXPERIENCIAS PERSONALES
Un amor para toda la vida
Una vida por amor
Cuando nací allá en los años 30 al igual que todos no sabía lo que la vida me tenía guardado, pero sí que conocería a la que es y será el amor de mi vida a muy temprana edad. A mis tres años de edad conocí a una bebe llamada Isabel, decían los mayores que era mi prima, pero lo que nadie nos dijo es que en un futuro sería mi mujer.
Nos casamos en el 64, nos fuimos a Francia y allí nació nuestro primer hijo. Tras cuatro años allí, regresamos a Setenil donde nos ganábamos la vida, Isabel como costurera y yo como agricultor, durante este periodo nacieron dos hijos más.
A nuestros 30 años de casados Isabel tenía algunos despistes: olvido de llaves, el fuego de la comida encendido, etc.. En fin, detalles a los que no se les prestó mucha atención ya que en un principio carecían de importancia. Pero aquello no era más que el inicio de una enfermedad llamada Alzheimer, desencadenada probablemente por sufrir el más duro golpe de nuestras vidas, el trágico fallecimiento del mediano de nuestros hijos.
“¿Alzheimer?”, me pregunte. Nunca pensé que esa enfermedad podría hacer lo que hizo de ella. Cada vez eran más sus necesidades, cada vez requería más y más tiempo, hasta llegar a dedicarle el cien por cien de mis días.
Con todo ello y la edad, mi cuerpo empezó a resentirse tanto física como psicológicamente, pero nosotros no nos habíamos separado nunca, y no sería la dichosa enfermedad la que nos separase. Pero había que tomar una decisión.
Actualmente Isabel vive en la residencia de Setenil , yo voy diariamente a estar junto a ella, a cuidarla, darle su desayuno, a almorzar los dos, hasta el anochecer que regreso a nuestra casa. Así seguiré hasta que mi cuerpo aguante, porque no concibo la vida sin ella.
Autor: Juan Sánchez